![]() Aumentan las protestas mundiales para que las grandes potencias pesqueras dejen de subsidiar flotas internacionales cuyos métodos atentan contra los recursos marinos y reducen las capturas de los pescadores artesanales. Por: Christopher Pala Los subsidios ascienden a 27.000 millones de dólares al año, de los cuales alrededor de dos tercios proceden de China, Corea del Sur y Taiwán, además de Japón, Estados Unidos y países de Europa, según una investigación de la canadiense Universidad de Columbia Británica. La mayor parte del dinero va para la construcción de barcos cada vez más eficientes para capturar las disminuidas poblaciones de peces del mundo, y más recursos se van en compensar el creciente consumo de combustible para adentrarse en lo profundo del mar. Una gran cantidad del pescado consumido en Europa, Estados Unidos y Japón procede de otros países, en general pobres”, porque hace mucho tiempo que los ricos sobreexplotaron sus propios recursos. El relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el derecho a la alimentación, Olivier de Schutter, dijo que en los países ricos se come tres veces más pescado por habitante que en los pobres, lo que agota los océanos y priva a los pescadores de las naciones en desarrollo de sus ingresos y a las poblaciones costeras de alimento. “Sin una acción rápida” para eliminar las prácticas destructivas, “la pesca no podrá seguir desempeñando el papel fundamental de asegurar el derecho a la alimentación de millones de personas”, alertó De Schutter. Al reclamar el fin de los subsidios dijo que “las generaciones futuras pagarán el precio cuando los océanos estén desprovistos”. El informe de la ONU “Fisheries and the Right to Food” (Las pesquerías y el derecho a la alimentación), señala que tratados internacionales como la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y la Organización Mundial del Comercio hace tiempo que llamaron a terminar con los subsidios a las flotas que no usan métodos de pesca sostenibles. La mayoría de los barcos industriales no solo no serían rentables sin subsidios, sino que ofrecen muchos menos empleos, 200 cada 1.000 toneladas de pescado, frente a los 2.400 de la pesca artesanal y con embarcaciones pequeñas, según otro estudio citado en el informe de la ONU. A escala global, eso se traduce en que 500.000 pescadores industriales capturan 30 millones de toneladas de pescado, desechan al mar 15 millones de toneladas y queman 37 millones de toneladas de combustible.
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