![]() By Elisabeth ZINGG | AFP La epidemia del sobrepeso y de la obesidad, que durante mucho tiempo era un mal exclusivo de los ricos, afecta a 2.100 millones de personas, cerca del 30% de la población mundial, de las que más de la mitad están en países en desarrollo, alerta un estudio publicado este jueves. "La obesidad es un problema que afecta a todo el mundo, independientemente de la edad o los ingresos o del país", dice el doctor Christopher Murray, director del Instituto de Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington que ha realizado este análisis de los datos disponibles en 188 países. Entre 1980 y 2013, el porcentaje de personas con un índice de masa corporal (IMC) superior al 25 -el umbral del sobrepeso- ha pasado a nivel mundial del 28,8% al 36,9% en el caso de los hombres y del 29,8% al 38% en las mujeres, según un estudio publicado en la revista médica británica The Lancet. El IMC es la relación entre el tamaño y el peso, un índice superior a 30 está considerado como una señal de obesidad en el adulto. En el caso de que el índice se sitúe entre el 25 y el 30, se considera sobrepeso. Pero el fenómeno no afecta a todos los países de la misma forma: Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia aparecen en lo alto de la lista de los países desarrollados, donde la obesidad o el sobrepeso afecta a más del 60% de las personas mayores de 20 años. En el caso de los países en desarrollo, América Latina, Oceanía y Oriente Medio ya han superado a los occidentales. Es el caso de Egipto, Libia, Arabia Saudita, Omán, Bahréin y Kuwait, donde el sobrepeso y la obesidad han aumentado considerablemente, afectando a más del 70% de la mujeres mayores de 20 años. Lo mismo ocurre en varios países de América Latina, como México, El Salvador, Costa Rica, Honduras, Chile o Paraguay, y sobre todo en los microestados del Pacífico (islas Tonga, Kiribati o Samoa) donde la tasa supera el 80% tanto entre hombres como en mujeres mayores de 20 años. - Aumenta la obesidad infantil - No solo hay más personas con sobrepeso, sino que cada vez empiezan a tenerlo antes: entre 1980 y 2013, el número de niños o adolescentes obesos o con sobrepeso en el mundo aumentó un 50%. Actualmente afecta al 22% de las niñas y al 24% de los niños en los países desarrollados y en torno al 13% de los niños de ambos sexos en los países en desarrollo, con un aumento particularmente importante en Oriente Próximo y África del Norte, aunque solo en el caso de las niñas. "Este aumento es muy preocupante [...] en la medida en que la obesidad infantil puede tener graves consecuencias para la salud, sobre todo en las enfermedades cardiovasculares, diabetes y numerosos cánceres", dice Marie Ng, la investigadora que coordina el estudio. Según un estudio publicado en 2012 en The Lancet sobre la la "carga mundial de la morbilidad" ("global burden of disease"), el sobrepeso y la obesidad habrían provocado 3,4 millones de muertes solo en 2010. Con 160 millones de personas afectadas, Estados Unidos es el país con mayor número de obesos y con sobrepeso del mundo, por delante de China, India, Rusia, Brasil y México. El problema en Estados Unidos afecta a un poco más del 70% de los hombres y a cerca del 62% de las mujeres mayores de 20 años, así como al 30% de los menores y adolescentes. En cuanto a los obesos propiamente dichos, representan el 32% de los hombres adultos y el 34% de las mujeres adultas en Estados Unidos, contra el 4% de los adultos chinos o indios. Y aunque el crecimiento de la obesidad se ha desacelerado ligeramente desde 2006 en los países desarrollados, después del boom de los años 1980 y 1990, los datos son preocupantes. "En las últimas tres décadas, ningún país ha logrado reducir su tasa de obesidad y prevemos que aumente regularmente en los países con ingresos bajos o medios, salvo si se adoptan medidas urgentes para frenar esta crisis de salud pública", dijo el doctor Murray.
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![]() Por Jaime Mejía David de Matheu es un joven salvadoreño que sin llegar aún a los 18 años ya logró inventar un producto que pronto estará en Quirky.com, una empresa que se inició hace cinco años y que se ha convertido en una comunidad global de inventos e inventores de productos (Quirky, en español, es algo así como extravagante o poco convencional). La historia de David muestra que cualquier persona con una buena idea de producto puede convertirse en inventor e incluso ganar dinero con ello. No es necesario ser Steve Jobs, ni tener grandes capitales e infraestructura para inventar un producto. Es más, ni siquiera es necesario saber como se fabricará el producto. Solo se necesita tener una buena idea. “Nuestra meta es hacer que la invención sea accesible. Queremos convertir ideas en soluciones a problemas”, dijo a Yahoo! Finanzas, Nathaniel Padget, gerente de comunidad de Quirky.com. El producto de David es una especie de candado plano que se puede llevar en la billetera y en Quirky.com aparece como Flatlock. “Fue un chispazo que tuve un día que fui al gimnasio y olvidé mi candado para asegurar mi mochila en el casillero”, dijo de Matheu a Yahoo! Finanzas, quien vive en Costa Rica y acaba de salir de la secundaria y espera entrar a estudiar ingeniería mecánica durante el otoño de este año en la universidad de Pennsylvania en Filadelfia. El proceso es relativamente simple. David abrió una cuenta en quirky.com, propuso su idea a través de un formato que le pide cumplir unas condiciones básicas como la de asegurarse que el producto no está disponible en el mercado. Luego una comunidad de miembros de Quirky.com que ya llegan a 500.000 en todo el mundo analiza y vota por la idea. Cuando la idea es aceptada, Quirky se encarga del resto, es decir, diseñar, fabricar y distribuir el producto a través de su sitio de Internet y de cadenas de comercio minorista. Muchos los llamados… Según Padget, Quirky recibe cerca de 3.000 ideas de producto por semana. Pero de ese torrente de ideas solo 4 o 5 se convierten en productos. Actualmente Quirky tiene 120 productos en venta que han sido ideas de sus miembros a lo largo de sus 5 años de vida. “Queremos darle un impulso a la generación de productos nuevos hasta llegar a entre 30 y 40 productos por año”, dijo Padget. En 2013 Quirky tuvo ingresos por $33,8 millones por la venta de los productos y pagó cerca de $3,7 millones a todas las personas que contribuyeron al desarrollo de esos productos empezando por sus inventores. Quirky distribuye el 10% de sus ingresos por venta de productos entre la comunidad que participa el desarrollo y los inventores reciben el 40% de ese 10%. Es decir, el 4% de los ingresos por venta de los productos. Según Padget, Quirky busca impulsar aun más su alcance con una alianza con General Electric para el desarrollo de productos electrónicos que se comunican con los smartphones como el Eggminder, un aparato que se conecta con los smartphones y puede enviarnos información sobre cuantos huevos quedan en nuestro refrigerador. Felipe Gonzalez es otro inventor de Quirky. Cuenta que un día vio un producto de Quirky en Target y en el empaque decía que la empresa aceptaba propuestas de nuevas ideas. Gonzalez ya ha presentado cerca de 80 ideas y la séptima fue seleccionada y está en proceso de desarrollo. Es una especie de papel de lija moldeable que pueden usar los estudiantes de diseño y artistas pata pulir sus creaciones en los lugares más difíciles. Felipe es un inventor en serie y siempre está pensando en ideas nuevas, empezando por su trabajo como creativo digital en una reconocida agencia de publicidad en Nueva York. “Soy una persona de ideas”, dice González quien es de familia Mexicana, nació en California y estudió publicidad en Los Ángeles. Quirky es una típica empresa de silicón Valley que recientemente recibió $90 millones en financiación de inversionistas de capital de riesgo pero con la misión de ser un catalizador global de ideas. Según el sitio de Internet de Quirky, “las mejores ideas del mundo no están en el mundo…están atrapadas en la mente de la gente”. ![]() Por: Daniel Pardo Hay una palabra que, en estos dos meses de protestas y violencia política en Venezuela, hace coincidir, en su repudio, a una parte de la oposición con los simpatizantes del gobierno: la palabra "guarimba". Se refiere a las barricadas hechas con muebles, escombros quemados y alambres de púas, entre otros, que opositores ponen en las calles de algunos sectores del país con dos objetivos: generar un impacto en el sistema en forma de protesta y defenderse de las fuerzas oficialistas que, según ellos, vienen a atacarlos. El gobierno de Nicolás Maduro condena las guarimbas, de las que dice son acciones ilegales organizadas por "extremistas de derecha", con el objeto de provocar el caos y desestabilizar al "legítimo" gobierno. La mayoría de los opositores está a favor de la protesta antigubernamental. Dicen que el gobierno es -entre otros alegatos- autoritario e incompetente. Y comparten las razones que se han esgrimido para explicar la ola de protestas: un profundo y creciente descontento frente al hecho de que su calidad de vida, en medio de una crisis económica y de inseguridad, se ha deteriorado. Pero en lo que a las guarimbas se refiere, los opositores están divididos: hay quienes no solo la consideran un mecanismo de protesta inútil, sino que vieron cómo sus rutinas se afectaron más allá de lo tolerable. "La guarimba ardiendo sola en mitad de una calle vacía, abandonada, es la imagen que representa esa lucha diaria confusa y sin verdadero objetivo", le dice a BBC Mundo la bloguera caraqueña Aglaia Berlutti, quien dice ser opositora pero crítica de las actuales protestas. Incluso algunos políticos opositores, como el excandidato presidencial Henrique Capriles, se han desmarcado de las guarimbas y condenado la protesta violenta. El 12 de abril se cumplieron dos meses del 12 de febrero, o 12F, el primer día en que las marchas se tornaron violentas y resultaron en víctimas mortales. Desde entonces, han muerto 41 personas (nueve de ellas, funcionarios de seguridad), más de 600 han resultado heridas y cerca de 2.500 fueron arrestadas. Algunas de esas víctimas fueron producto de las guarimbas, un fenómeno que se suele dar en las zonas de mayoría opositoras y afecta, sobre todo, a los mismos críticos del gobierno. Opositores "presos" "Además de que, de por sí, salir de la casa es un caos porque el tráfico es terrible, ahora con las guarimbas la situación es peor, porque no solo es el tráfico, sino no saber con qué te encontrarás", le dice a BBC Mundo una economista de 27 años que vive y trabaja en sectores afectados por barricadas. Los atascos en Caracas son, ciertamente, un lugar común, y de ahí que existan diferentes medios en las redes sociales y la radio que informan constantemente de las condiciones el tráfico. "Ahora en la mañana toca revisar Twitter, no para ver las vías despejadas y las palabras de 'vía libre', sino toca buscar 'cerrada', 'barricada', 'guarimba', 'no hay paso' más la vía en cuestión", dice la economista. Y continúa: "Hasta las conversaciones por WhatsApp cambiaron: 'Buenos Días' es '¿lograste salir?', 'buenas noches' es '¿lograste llegar?', 'épale, ¿qué más?' es '¿guarimbas por allá?" y 'fino' es 'hay paso'". La postura crítica de los opositores que cuestionan las guarimbas -como la persona que ofreció este testimonio- añade una complicación al ya complejo cuadro de divisiones y desencuentros que se ha agudizado con la ola de protestas desatada el pasado mes de febrero. La economista prefirió que su nombre no fuera revelado por miedo a la reacción de sus vecinos, quienes -según ella- no respetan su postura y atacan a los críticos de las guarimbas por una supuesta falta de compromiso. La misma razón para no revelar su nombre da una internacionalista de 26 años residente de Santa Fe -un sector en Caracas que depende de la vía neurálgica de Prados del Este, trancada en los últimos días- porque en su edificio quienes apoyan la guarimba son mayoría y ven mal a los opositores que la critican. "Yo estoy a favor de la protesta, de que expreses tu malestar, pero impidiendo el paso a tus propios vecinos e incitando a las fuerzas de seguridad del Estado a que te repriman, no lo veo como opción viable", opina. Y relata una anécdota que le ocurrió la semana pasada en El Cafetal, otra zona del este de Caracas trancada: "Íbamos camino el Cementerio del este, fue imposible llegar por vías principales y nos dijeron 'lamento lo de su muerto, pero no los puedo dejar pasar'". Un incidente similar contó el abogado y profesor universitario José Ignacio Hernández en su blog de la página Prodavinci, quien en un ataque de alergia se encontró con una tranca en su camino al hospital y finalmente tuvo que llegar en motocicleta. La conclusión del constitucionalista fue que la guarimba es un mecanismo de protesta antidemocrático: "Trancar una calle no conduce a tener más y mejor democracia, por una razón básica: tal modo de protesta se basa en la imposición de la fuerza de unos sobre otros. Y -vuelvo a citar a (Juan Germán) Roscio- donde reina la fuerza, no hay libertad. Ni democracia". "Mecanismo de defensa" Un elemento adicional es que, desde que arrancaron las protestas, los choques de los manifestantes con los cuerpos policiales -que operan con el apoyo de civiles armados afines al gobierno, conocidos como "los colectivos"- han hecho que algunos opositores hayan radicalizado no solo su opinión, sino su lucha. BBC Mundo visitó dos de las ciudades donde más se recrudecieron las protestas, Mérida y San Cristóbal, ambas en el oeste del país, y pudo constatar cómo las guarimbas son financiadas y apoyadas por los vecinos, que les llevan comida a los guarimberos y los consideran una suerte de guardianes. "Los grupos paramilitares que tiene el gobierno bajo su mando arremetieron contra las viviendas y las comunidades, entonces eso dio que las comunidades hicieran refuerzos en sus barricadas que en un principio no eran de defensa", le dijo a BBC Mundo un guarimbero encapuchado en Mérida. Y otro guarimbero, en San Cristóbal, que dijo estar siendo perseguido por la policía, fue incluso más escueto al explicar las razones de las guarimbas: "Es que la violencia genera violencia". ![]() La oportunidad dorada de un lugar en cuyo subsuelo se encuentran inmensas riquezas mineras puede resultar en un dolor de cabeza para los ecologistas. ¿Cuáles son los retos de este territorio casi virgen? Por: BBC La economía de Groenlandia depende de la pesca y la caza, pero el gobierno tiene planes ambiciosos para desarrollar las industrias de extracción de recursos del país. En lugares como Narsaq, temen que la minería destruya el medio ambiente y las formas de vida tradicionales. Jens Erik Kirkegaard observa a través del agua oscura del fiordo de Kangerluarsuk hacia la montaña nevada de la costa distante. Es un día claro, frío, al inicio del invierno y el ministro de Minas groenlandés se protege las manos con un par de guantes de piel de foca. ‘Cuando creces en Groenlandia, realmente no piensas que las montañas diferentes tienen minerales diferentes’, reflexiona. A su lado hay un hombre de barba blanca, con un gastado sombrero rojo. Greg Barnes, geólogo en jefe de la compañía minera australiana Tanbreez Minerals, ha traído aquí al ministro para exponer su plan de convertir la montaña en una mina. No todo lo que brilla es oro ‘Es el depósito más grande del mundo de tierras raras, probablemente contiene el 50% del total’, sostiene. ‘Es una de las primeras 10 minas del mundo’. Las tierras raras se usan para todo, desde teléfonos celulares hasta turbinas eólicas. China domina el suministro mundial, pero si Greg Barnes tiene razón, Groenlandia tiene un enorme potencial. Groenlandia tiene más que tierras raras: reservas de oro, mineral de hierro, rubíes y uranio, así como petróleo y gas. En este país de apenas 57.000 habitantes, con un producto interno bruto de US$2.400 millones, su desarrollo tendría un gran impacto económico. Y podría significar su total independencia de Dinamarca, que aún le entrega un sustancial subsidio anual. ‘Te hace pensar en haber caminado sobre miles de millones de dólares toda tu vida sin saberlo’, dice Kierkegaard. ‘Es un momento importante para Groenlandia’. En la ciudad de Narsaq, ese dinero haría una inmensa diferencia. Enclavado al pie de una montaña entre dos fiordos, es un lugar pintoresco con casas de colores brillantes que parecen ladrillos de Lego entre la nieve. Como gran parte de Groenlandia, esta localidad ha dependido tradicionalmente de la pesca y la caza, y más recientemente de la cría de ovejas. Pero el carnicero local Henning Sonderup comenta que la tradición ya no alcanza para pagar las cuentas. ‘Hay muchos desempleados’, afirma. ‘Muchas familias de Narsaq se han mudado, así que debemos hacer algo’. Hace varios años, la planta de procesamiento de camarones cerró, terminando con unos 80 empleos. Se ha compensado en parte por una escuela de hostelería y la construcción de un nuevo matadero, pero la población de Narsaq cayó en un 10% los últimos cinco años. Sonderup cree que el desempleo y la falta de oportunidades crea problemas sociales: ‘la gente toma cerveza y andan como zombies sin nada que hacer’. Susanne Lynge también piensa que la ciudad está en decadencia. Ella encabeza una ruidosa protesta en la nieve frente a las oficinas municipales, gritando lemas en un megáfono con decenas de colegiales que la apoyan y piden con carteles que se acelere la construcción de una nueva escuela. ‘Nuestro gobierno local necesita dinero’, señala. ‘Ojalá comenzaran con la minería’. Sonderup enumera las mejoras que ésta traería: ‘nueva escuela, hospital más grande, mejor aerpuerto, nuevo puerto, nuevas carreteras, todo’, dice. ‘Groenlandia volverá a estar en el mapa’. La mina Tanbreez no es la única propuesta cerca de Narsaq. Otra compañía australiana, Greenland Minerals and Energy (GME), está desarrollando una en Kvanefjeld, una meseta a 6 kilómetros de la ciudad. A diferencia de Tanbreez, Kvanefjeld producirá uranio, fluoruro y torio, así como tierras raras. Uranio en la tierra verde Las perspectivas de la mina recibieron un gran impulso en octubre, cuando el parlamento de Groenlandia votó por 15 votos contra 14 la revocación de una prohibición de larga data sobre la minería de uranio. Hay más obstáculos legales por superar antes de que la extracción de uranio sea una realidad en Groenlandia, pero el voto desencadenó gran debate en en el país y mucha preocupación en Narsaq. Avaaraq Olsen es profesora y miembro del consejo local del partido de oposición Inuit Ataqatigiit . Sentado en su cocina, recuerda el día en que la prohibición fue revocada. ‘Fue triste, me puse a llorar’, dice ella. ‘Estoy avergonzada de ser groenlandesa. Si esta mina se abre aquí en Narsaq, nos alejaremos no sólo de Narsaq , sino de Groenlandia’. En la puerta de la casa de Olsen, donde usted o yo pondríamos paraguas, hay armas listas para colgarlas al hombro cada vez que el clima permite la caza de aves o focas. ‘Mi mayor preocupación es que causará tanta contaminación que no vamos a poder vivir en nuestra ciudad. Y todos los animales, la biodiversidad será destruida’, asegura. Estas preocupaciones ambientales son compartidas por otros cazadores y pescadores, y por muchos de los dueños de las cerca de 50 granjas de ovejas en los alrededores. Agathe Devisme, de origen francés, maneja la granja Ipiutaq con su socio groenlandés Kallista Poulsen. Además de pastorear 300 ovejas, también se dedican al turismo, alquilando una casa de campo durante el verano. ‘La gente que viene a Groenlandia está buscando algo puro’, dice ella . ‘Es el último rincón del mundo que no ha sido tocado por la contaminación. A nadie le va a gustar que haya algún tipo de radiactividad en la zona’. Las minas también implicarán una afluencia de trabajadores extranjeros a Narsaq, ya que simplemente no hay suficientes trabajadores calificados en Groenlandia para llenar todos los puestos de trabajo que las minas crearán. Algunos ven esto como una ventaja, ya que los mineros vivirán en la comunidad, enviarán a sus hijos a la escuela, y gastarán su dinero en los negocios locales. Otros, sin embargo, no están tan seguros. ‘Yo no creo que sea saludable para un pueblo tan pequeño que venga tanta gente de afuera’, dice Ivalo Lund, jefa de Enfermería del Hospital de Narsaq. ‘Van a ser hombres jóvenes en busca de las hermosas chicas de acá’. Lund está preocupada por las enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados con padres que abandonan la ciudad. Al igual que Olsen, Lund dice que se irá si la mina Kvanefjeld sigue adelante. ‘Me pondrá triste ver cómo este pueblo es destruido’, comenta. ‘Va a ser un pueblo minero y nunca más podremos vivir como lo hacemos ahora’. ¿Una nueva revolución industrial? GME ha invertido bastante tiempo tratando de asegurarle a los residentes locales que sus preocupaciones son innecesarias. ‘Otros países como Canadá y Francia también tienen minería de uranio’, dice Ib Laursen, gerente de operaciones de la compañía, mientras conduce por la ciudad. ‘Si ellos pueden hacerlo, lo podemos hacer en Groenlandia, podemos tomar los mejores estándares ambientales y aplicarlos aquí’. Nos detenemos frente a un bloque de viviendas vacías, de varios pisos, con ventanas rotas y el aislamiento térmico saliendo por los hoyos de las paredes. Laursen ha vivido en Narsaq de manera intermitente durante 10 años y desea que yo constate el impacto de las personas que se han ido de la ciudad. ‘A pesar de lo que la gente dice, yo sí tengo conciencia social, mi corazón está aquí’, declara . ‘Estoy más preocupado de la contaminación mental, en un lugar como este, donde hay cada vez más y más problemas sociales’. ‘Tenemos que romper ese círculo, tenemos que traer de vuelta puestos de trabajo y oportunidades a la región. Y no se puede hacer tortilla sin romper algunos huevos, porque esto será una revolución industrial en esta zona’. Sin embargo, aún está la pregunta de si esa revolución industrial llegará a suceder algún día. A pesar de años de promoción del gobierno, actualmente no hay minas que operan en Groenlandia. Pero el año que recién terminó vio las señales más fuertes de que la minería se convertirá en una realidad. Además de revocar la prohibición de las minas de uranio, en octubre, el gobierno de Groenlandia concedió la primera nueva gran licencia de explotación minera en años. Tanbreez Mining ha solicitado una licencia para desarrollar su mina y hay varias otras empresas que probablemente hagan lo mismo en los próximos años. El cambio climático también puede ayudar a acelerar el desarrollo de nuevas minas, volviendo los minerales más accesibles en cuanto la capa de hielo de Groenlandia se vaya derritiendo. Que las minas comiencen su producción, lo que garantiza que los beneficios se maximicen y se eviten los escollos, será un gran desafío para el gobierno de Groenlandia. Avaaraq Olsen no está seguro de que estén a la altura. ‘Somos una nación joven, no tenemos la suficiente experiencia’, comenta. ‘No tenemos suficientes personas capacitadas trabajando en los ministerios que vayan a asegurar nuestra seguridad y nuestra salud’. Pero el alcalde de Groenlandia del Sur, Jorgen Johansen Waever, rechaza las críticas. ![]() Desencantados con una economía que promueve el individualismo y el consumo depredador, miles de argentinos se suman a ferias en las que los objetos se regalan, comparten traslados en automóvil con desconocidos u ofrecen alojamiento gratuito a viajeros del exterior.Marcela Valente Son tendencias incipientes en este país sudamericano, pero que crecen apoyadas en las plataformas 2.0. Los usuarios comparten una misma preocupación por el cuidado ambiental y cierto rechazo al consumismo. Pero también su voluntad de incrementar el contacto comunitario y de fomentar la confianza entre las personas. “Necesitamos mucho menos de lo que consumimos. Por eso, la base de nuestras ferias es el desapego, la necesidad de liberar objetos del concepto de propiedad privada”, explica Ariel Rodríguez, creador de La Gratiferiabajo el lema “Traé lo que quieras (o nada) y llevate lo que quieras (o nada)”. La iniciativa se puso en marcha en 2010. La primera feria fue en su casa, en el barrio porteño de Liniers. Rodríguez puso a disposición de amigos y vecinos libros, discos, ropa, muebles y otros bienes que acumulaba y no necesitaba. Preparó también algo de comer y sirvió algo de tomar. Con el tiempo, hubo quienes lo imitaron y, recuerda, la feria número 13 “salió a la calle y explotó” con la difusión en redes sociales. “Es algo que rompe con los esquemas”, dice Rodríguez. Los visitantes se acercan con incredulidad, sin saber si tienen o no derecho a tomar objetos sin dejar nada a cambio. La gente puede ir a una gratiferia con los objetos que desea liberar y no tiene que preocuparse de que alguien se los lleve. La idea es justamente que encuentren un interesado en prolongar su vida útil, en lugar de adquirir uno nuevo. “Es como un reordenamiento de los objetos que además genera una socialización interesante porque surge un patrimonio que ahora es comunitario”, define Rodríguez. Las gratiferias se extendieron a ciudades de algunas provincias y también a Chile, México y otros países, aseguró su impulsor. Este fenómeno no nace, según Rodríguez, en un contexto de crisis, como el sistema de trueque, muy popular ante el colapso social y económico de fines de 2001. “Esto es un intento de responder a una crisis más larga de nuestra relación con lo material”, define. La práctica prendió n otros ámbitos. En la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, un grupo de estudiantes organizan este mes una feria de apuntes para compartir, de manera gratuita, material de estudio ya utilizado. “La idea va con el ánimo de las gratiferias y debería ser un movimiento más amplio que abarque otras facultades, pero por lo pronto estamos tratando de que se afiance en Ingeniería”, dice a Tierramérica el estudiante Santiago Trejo, uno de los organizadores de la feria, que recolecta material y lo pone en circulación. Son modalidades sui géneris del consumo colaborativo, expresión acuñada a comienzos de 2000 en Estados Unidos para identificar mecanismos para compartir o permutar aparatos electrónicos, libros, ropa, calzado, instrumentos, muebles, bicicletas y hasta automóviles. En 2011, la revista estadounidense Time definió el consumo colaborativo como una de las 10 ideas capaces de cambiar el mundo. Propuestas similares surgieron entre quienes consideran que viajar no es solo trasladarse a otro sitio, sino vivir una experiencia humana y social con personas que habitan otro lugar del planeta. “Cuando fui a Europa me alojé en ‘hostels’ y al volver me di cuenta de que no tenía mucha idea de cómo vivía la gente de esos países, o qué pensaban del nuestro”, cuenta a Tierramérica la joven Aranzazú Dobantón, de 24 años, que trabaja y estudia cine. Hace cuatro años, registró su perfil en la plataforma internacional Couchsurfing, que acerca a personas dispuestas a alojar en su casa a visitantes extranjeros. La operación, que comienza con intercambios de correo y un encuentro previo, se concreta sin dinero, solo compartiendo el techo y la experiencia. El grupo local tiene más de 5.000 personas registradas. “Hasta ahora recibí a unas 15 personas de distintas partes del mundo. De Dinamarca muchos, de México, Filipinas, Francia, un turco que vivía en Alemania”, recuerda Dobantón. Como anfitriona, ella establece las condiciones. Se conocen por Internet y ya en Buenos Aires se encuentran primero en un sitio público. “Los que se quedan son muy dispuestos. A veces cocino para ellos, otras veces ellos preparan. Se dan cuenta de que no es fácil recibir cuando una trabaja. Pero son gente normal, que tiene las mismas inquietudes que una, pero que viven otra realidad”, dice. Los visitantes luego escriben en su perfil cómo se sintieron alojándose en su casa, y esos comentarios llevan a que otros quieran hacer la experiencia. O no. Ella, a su vez, también puede hacer uso de esta red para alojarse en una casa cuando tenga que viajar. Hasta ahora solo lo experimentó en Uruguay. El consumo colaborativo es una modalidad de la economía del compartir, que está adquiriendo tal auge en Estados Unidos que la firma de corretaje y servicios financieros ConvergEx advierte en un artículo que podría tener efectos “catastróficos” en la economía capitalista tradicional. El mayor desarrollo se da en torno a los viajes en automóvil. Con la idea de ahorrar dinero y de reducir la contaminación y el congestionamiento, varias plataformas conectan a personas dispuestas a compartir el vehículo, el traslado y los gastos. “Vayamos juntos” y “En camello” son dos de estas redes argentinas donde cada interesado publica su oferta o demanda de viaje, punto a punto. Están quienes solo buscan compartir el viaje de su casa al trabajo, o los que necesitan trasladarse de una provincia a otra, o a ver un espectáculo musical o un partido de fútbol. En otros países, como México, el transporte compartido tiene varias modalidades, como el automóvil multiusuario, que permite acceder a un vehículo cuando se lo necesita, pagando una tarifa por hora, o una suscripción mensual o anual. Igual que con las bicicletas públicas, hay que recoger el auto en una estación y dejarlo en otra. En Argentina, cada una de las propuestas ya tiene miles de usuarios registrados, y se van acumulando opiniones sobre la experiencia de compartir. ![]() Por: Stephen Leahy Un equipo de científicos que analizó la riqueza de fauna y flora del planeta llegó a la conclusión de que en América Latina se concentran los ecosistemas que hay que proteger de inmediato, si se quiere cumplir en el 2020 la meta de conservación del Convenio sobre la Diversidad Biológica. El sistema natural que brinda a la humanidad aire, agua y alimentos funciona gracias a 8,7 millones de especies de plantas, peces, insectos y otros animales. Pero esos seres vivos se están extinguiendo a un ritmo acelerado, amenazando gravemente el futuro del género humano, coinciden científicos. En respuesta a esta amenaza, casi todos los países del mundo acordaron, en el marco del Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (CBD), proteger el 17 % de las áreas terrestres del planeta y conservar 60 de las especies vegetales para el año 2020. Estos objetivos, incluidos en las 20 Metas de Aichi, solo podrán cumplirse si se protegen adecuadamente muchas más tierras en el Caribe, América Central y el norte de América del Sur, según un nuevo estudio publicado en la revista Science. La investigación “Achieving the Convention on Biological Diversity’s Goals for Plant Conservation” (Cumpliendo los objetivos del CBD para la conservación de las plantas), analiza la distribución de 110.000 especies vegetales y determina que 67% de ellas se encuentran en el 17% de su área terrestre, principalmente en regiones tropicales y subtropicales. “Nuestro artículo expone las áreas prioritarias para la protección, de acuerdo con su riqueza de especies”, dijo, Stuart Pimm, de Duke University, en Carolina del Norte. Esas áreas prioritarias incluyen Panamá, Costa Rica, Ecuador, el norte de Perú y las islas del Caribe, agregó. Costa Rica posee casi 800 especies endémicas, que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo. Canadá, con una superficie casi 200 veces mayor al pequeño país centroamericano, tiene apenas 70 especies únicas, dispersas en su área terrestre de nueve millones de kilómetros cuadrados. El motivo de este desequilibrio es el clima frío de Canadá y la última Era del Hielo, que hace 10.000 años enterró todo su territorio bajo una capa helada de varios kilómetros de profundidad. Aunque Costa Rica protege por lo menos 20% de su área terrestre, mucho más que casi cualquier otro país, no hay suficiente información para saber si eso alcanza, dijo Pimm. “En lo relativo a las plantas no tenemos datos para determinar cuánto debería protegerse en cierto país o dónde deberían estar esas áreas” dentro del mismo, planteó. En cambio, hay mucha más información sobre aves y otros animales, y se la usó para identificar los “puntos calientes de la biodiversidad”. “La cruel realidad es que la mayoría de las áreas prioritarias que necesitan protección generalmente están en países pobres, como Madagascar o Ecuador”, dijo Clinton Jenkins, ecologista y experto en conservación de la North Carolina State University. Ecuador propuso proteger 10.000 kilómetros cuadrados de su región amazónica para evitar la perforación petrolera mediante la iniciativa Yasuní-ITT, destinada a dejar en el subsuelo el crudo del parque amazónico homónimo a cambio de una compensación económica internacional estimada en unos 3.500 millones de dólares, recordó Jenkins. Pero en cinco años, el fondo destinado a reunir esos recursos no obtuvo más de 13,3 millones de dólares, y ahora Ecuador se prepara para permitir las perforaciones. Algunas regiones del mundo son sencillamente más importantes para la biodiversidad. El Yasuní es una de ellas. “O se protege las especies de la extinción o estas desaparecen para siempre, y nadie las volverá a ver jamás”, enfatizó. “Es inmoral permitirlo”. ![]() Los habitantes de San Juan Chamula, una comunidad de la etnia tzotzil de Chiapas, en el sur de México, son un ejemplo de un hecho que parece convertirse en tendencia: los pobladores de este lugar dejaron de emigrar a Estados Unidos y empezaron a buscar empleo en otras poblaciones de su país. Por: Alberto Nájar Varias razones justificaron su decisión: cruzar la frontera al norte es cada vez más difícil y peligroso y el incentivo económico de emigrar para enviar dólares a México se ha disminuido. Para muchos la migración internacional está dejando de ser una alternativa, dice John Burstein, de la organización Voces Mesoamericanas, Acción con Pueblos Migrantes que trabaja en comunidades indígenas del estado mexicano de Chiapas. “Lo que uno escucha más es que el ganar en dólares no les resolvió la vida, no resultó una manera de acumular capital ni una experiencia exitosa”, explica. “Mucha gente está decepcionada: hacen las cuentas y entre pagar la renta y los gastos en dólares y ahorrar para mandar acá, o trabajar en las fincas o la construcción, no hay tanta diferencia”. Caída en los ingresos Como San Juan Chamula cada vez son más las comunidades mexicanas que dejaron de ver a EU como una fuente de ingresos, según informes oficiales del Centro Hispano Pew. Especialistas creen que el país vive el inicio de un nuevo paradigma. Durante décadas la migración internacional sirvió como una válvula de escape que alivió en parte las crisis económicas. Pero ahora la alternativa parece que empezó a cerrarse, de acuerdo con el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados, que registra en un estudio una caída en el monto que están recibiendo por remesas las familias mexicanas. Esto “sin duda se traduce en menor consumo y deteriora el nivel de vida de los hogares mexicanos receptores de remesas”, señala el estudio del CEFP. Según un informe del banco BBVA, en 2012 las remesas a México totalizaron cerca de US$22.400 millones, una caída de 1.6% frente al año anterior. De acuerdo al CEFP, la caída en el flujo de remesas es un dato “alarmante” no sólo porque representan una de las principales fuentes de divisas del país, sino porque se han convertido en un complemento fundamental para el ingreso familiar del 24,5% de los hogares mexicanos. Tendencias De acuerdo con el Centro Hispano Pew la migración neta de México hacia EU se encuentra en un nivel cero, es decir que el número de personas que regresaron a su país es prácticamente el mismo de quienes se fueron. Son varios los factores que explican ese cambio en tendencia frente a años anteriores. Muchos de quienes volvieron fueron, en realidad, deportados. Durante el primer período de gobierno del presidente estadounidense Barack Obama un promedio de 400.000 personas fueron deportadas anualmente. La mayoría fueron mexicanos, según estadísticas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos. Un elemento adicional fue un repunte en el desempeño económico de México, y que según académicos como Jorge Durand, de la Universidad de Guadalajara, abrió oportunidades de empleo para muchas personas que antes se ganaban la vida con la migración. Hasta ahora no se sabe si esta nueva tendencia de la población será definitiva, pero lo que sí es claro es que la caída en las remesas pudo haber contribuido al aumento de la pobreza que el país registró en los últimos años, según establece el Observatorio Económico México del Servicio de Estudios Económicos del Grupo BBVA. Como advierte el Observatorio, el mercado laboral estadounidense empieza a cambiar lo se traduce en una demanda creciente de mano de obra más capacitada que la anteriormente cubierta por los mexicanos, especialmente jornaleros. Especialistas coinciden en que es pronto determinar el impacto de este nuevo escenario, pues aún cuando el número de migrantes se ha reducido, el flujo es aún importante, recuerda John Burstein. ![]() Desde 2012 Irán incrementó drásticamente su apoyo militar a las fuerzas del presidente sirio Bashar al Asad. Con este sustento de Irán, además de ofrecer la necesitada ayuda que requería Asad, el conflicto entró en una nueva fase de guerra sectaria: las armas de Irán llegaron al grupo militante chiita Hezbolá -basado en Líbano- y éste se volvió cada vez más activo dentro de Siria ayudando a las fuerzas de Asad. Por: BBC Irán, que es principalmente chiita, es el aliado más cercano de Siria y repetidamente ha acusado a los islamistas sunitas, Israel y Occidente de tratar de usar el conflicto para dominar la región. Pero el acercamiento de Irán y Siria no es sólo ideológico. También hay fuertes lazos económicos. Desde que Estados Unidos y Europa impusieron sus sanciones económicas contra Teherán, la relación económica entre ambos se volvió cada vez más importante. Gasoducto estratégico En julio de 2013, se informó que Irán, Irak y Siria firmaron un acuerdo para la construcción de lo que se dice será el mayor gasoducto en el Medio Oriente capaz de transportar gas natural desde el sur de Irán hasta Europa. Según el diario Teherán Times, el transporte de gas se llevará a cabo por un conducto de 6.000 kilómetros que atravesará Irak, Irán, Siria y Líbano para luego ir a Europa bajo el Mar Mediterráneo. Como era de esperarse, muchos no recibieron positivamente el anuncio. “Un gasoducto desde Irán sería muy rentable para Siria. Europa también podría obtener beneficios con éste. Pero es claro que muchos no están contentos con el trato”, dice Dmitry Minin, analista del Centro Global Research, basado en Canadá. “Los aliados de Occidente que abastecen de gas y petróleo a Europa desde el Golfo Pérsico, (vía Qatar y Arabia Saudita) no están contentos, y tampoco está contento el principal transportista de gas actualmente: Turquía”. Nafeez Ahmed, director del Instituto para Investigación de Política y Desarrollo en el Reino Unido escribe en el períodico The Guardian, que dicho gasoducto “potencialmente consolidaría la posición de Irán como un poderoso actor global”. “El gasoducto es una “bofetada directa” para Qatar, que planea construir su propio gasoducto a través de Arabia Saudita, Jordania, Siria y Turquía, también para abastecer a los mercados europeos (con el apoyo de Estados Unidos)”. “Estados Unidos, Israel y otras potencias han sido jugadores muy poco honestos” afirma Ahmed. “Detrás de la fachada de preocupación humanitaria, hay intereses familiares en juego”. Pero Irán, señalan los comentaristas, parece estar resuelto a defender su importante proyecto. China Desde que comenzó el conflicto en Siria, tanto China como Rusia han utilizado sus poderes de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para bloquear cualquier acción que conduzca a sanciones contra el régimen de Al Asad. Hasta ahora China no ha sido objeto de críticas de Occidente como lo ha sido Rusia por su posición “intransigente” frente a Siria. Y muchos creen que China mantiene un bajo perfil en Medio Oriente y no tiene intereses en la región. Pero en los últimos años Pekín ha desarrollado considerables lazos en los sectores económico, militar y energético de la región. Tal como explica Amanda Paul, analista del Centro de Política Europea, en el periódico turco Today’s Zaman, China desea expandir su participación en el Medio Oriente. “En 2011 China fue el principal socio comercial de Siria, con exportaciones valuadas en más de US$2.400 millones. Esto, sin embargo, no es mucho dinero si se compara con el comercio de China en otros países y es un factor insignificante en su política hacia Damasco”. “Más bien -dice la analista- a lo que China parece oponerse es a una mayor presencia de EU en esta región”. “Hay temores de que una presencia militar de EU en Siria conduzca a un ataque contra Irán, lo cual otorgaría a Occidente mayor acceso a los recursos energéticos de la región”. “Y China ya resiente la creciente presencia militar de Washington en la región”. Pekín también es muy sensible ante las sanciones y las intervenciones de Occidente, de las cuales fue objeto durante los siglos XIX y XX, dice Amanda Paul. Rusia Rusia ha sido el más enfático defensor de Bashar al Asad y su principal proveedor de armas. Hasta ahora Moscú es quien ha hecho la advertencia más explícita sobre una intervención militar en Siria que, dijo, tendría “consecuencias catastróficas” para toda la región. El viceprimer ministro ruso publicó un tuit diciendo que “Occidente está jugando con el mundo islámico como un chimpancé con una granada”. Moscú también continúa sosteniendo que no hay pruebas de que el presidente Al Asad fue responsable del supuesto ataque con armas químicas cerca de Damasco. E insiste que cualquier acción militar sin un mandato de la ONU sería “una grave violación de la ley internacional”. Pero si Occidente decidiera finalmente intervenir, ¿cómo respondería Moscú? “El canciller ruso Sergei Lavrov ya dejó en claro que su país “no tiene planes de entrar en guerra con nadie”. “Pero hay otras formas con las que Rusia podría mostrar su desaprobación ante una intervención de Occidente y su enojo con Estados Unidos”. Contratos valiosos Podría, por ejemplo, incrementar su abastecimiento de armas a Damasco, establecer una relación más estrecha con Irán o reducir su cooperación con Washington. Lo que es claro es que Rusia no abandonará a su aliado más cercano en Medio Oriente ni sus intereses en Siria: incluida la base naval que mantiene en Tartus, en el Mediterráneo, ni sus jugosos contratos comerciales con Damasco, principalmente por venta de armas. “Después de haber perdido un contrato de US$13.000 millones con Irán, debido a las sanciones internacionales, y de que le cancelaron contratos de US$4.500 millones con Libia, la industria de defensa rusa se tambalea” dice el profesor Daniel Treisman del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de California en Los Ángeles. “Además de exportaciones de armas, las compañías rusas han hecho enormes inversiones en la infraestructura siria y en los sectores de energía y turismo, los cuales han sido valuados en $19.400 millones”. ![]() Israel quiere expulsar a más de mil palestinos de 12 aldeas en las montañas del sur de Hebrón para convertir la zona en un campo de tiro. Por: Carmen Rengel Tras 13 años de litigio, la Corte Suprema debe decidir en breve qué ocurre con estas familias. Israel sostiene que los afectados no viven allí permanentemente. Los palestinos, que es su casa desde hace generaciones. La carretera es buena. Lisa, señalizada, cuidada. Es fácil acceder a Susiya, Maon, Abigail, Karmel. Un colono israelí puede llegar allá sin contratiempos e instalarse a vivir en estas villas-fortaleza, rodeadas de carreteras vigiladas por militares y con controles de acceso, protegidas. En mitad del valle se acaba lo bueno. El asfalto desaparece, sólo el polvo cubre el camino desdibujado e irregular que lleva hasta Mufaqara. No hay indicaciones. Nada anima a bajar a la hondonada, salteada de jaimas endebles, sartén al mediodía de verano. Los vecinos, cansados de callar, han plantado unas columnas de neumáticos marcando su territorio. Verdes, blancos, rojos, negros, los colores de la bandera palestina. Muy cerca, bloques de hormigón con pintadas en hebreo, árabe e inglés advierten del peligro latente. “Zona de fuego. Entrada prohibida”, rezan. Eso es lo que el Gobierno de Israel quiere que sean 12 villas del distrito de Yata, Mufaqara entre ellas: un área cerrada para maniobras militares. La llamada zona de fuego 918. Para ello, quiere expulsar a un millar largo de palestinos que residen en la zona desde que tienen memoria ellos, sus padres, sus abuelos. Propietarios privados de la tierra. Tras 13 años de litigio, la Corte Suprema debía decidir el futuro de los poblados, pero ha retrasado la vista hasta el 2 de septiembre. Esta promete ser la definitiva. Una cuarentena de escritores israelíes, por primera vez, ha emitido un comunicado en el que llama a su Ejecutivo a “respetar” las aldeas y, a sus conciudadanos, a romper el “sólido cinismo” y el “silencio” con que consienten la ocupación. La espera, pese al ánimo, es terriblemente angustiosa. Mahmud Hamandeh nació en Mufaqara. Sabe a ciencia cierta que al menos tiene tres generaciones a su espalda que residieron en la misma zona. A sus 65 años, es hoy el portavoz de la villa. “El problema comenzó en los años 80, cuando empezaron a planificar las colonias. Todos aguardamos a que la comunidad internacional las parase pero, al contrario, se deja incluso que crezcan, con puestos de avanzada. Luego nos ilusionamos con los Acuerdos de Oslo [1993], pero tampoco. Pasó el tiempo y se concretó la amenaza. Quieren que mis campos sean zona de tiro. Aquí todos somos pastores de ovejas y cabras y plantamos lo que se puede. ¿Qué daño hacemos? ¿Por qué no construyen el campo de tiro en el desierto del Negev, donde no viva nadie?”, se pregunta, con la indignación creciendo en su voz. |
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April 2015
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