![]() Cuando muchos lo descartaban, el presidente venezolano puntea en las encuestas con una combinación de abuso de poder, sentimentalismo por su enfermedad y chantaje electoral. Por: Colprensa / Revista Semana Colombia A juzgar por todo lo que se ha dicho sobre su salud en los últimos meses, a estas alturas Hugo Chávez ya debería estar muerto. Se afirmaba que su agresivo cáncer, supuestamente en la pelvis, había hecho metástasis y algunos le daban tres meses, otros seis. Esa situación pareció tocar fondo en Semana Santa, cuando ‘el Intumbable’ se puso de rodillas y, llorando frente a las cámaras, le imploró al Altísimo: “Dame vida, aunque sea vida dolorosa, no me importa, porque todavía me quedan cosas por hacer. No me lleves todavía”. En ese momento nadie daba un centavo por la relección de un presidente que viajaba a hospitalizarse en Cuba y gobernaba vía Twitter. Su salud se convirtió en el tema de especulación favorito hasta, cuando en su primera rueda de prensa como candidato, Chávez anunció que estaba “totalmente libre de cáncer” y había vuelto a ser el de siempre. “Ya empecé a dar un trotecito”. Aunque el presidente luce mejor, hay muchas versiones sobre su verdadero estado de salud. Incluso hay quienes dudan que Chávez alguna vez estuviera al filo de la muerte y creen que el gobierno pudo haber exagerado su enfermedad con fines electorales. “Mientras que estuvo enfermo nadie lo atacó y ahora Chávez resucita como el ave Fénix y está perfecto para la campaña”, explica el estratega político venezolano J.J. Rendón. Cierto o no, el cáncer le hizo el milagrito en las encuestas. A comienzos de 2011, acosado por la crisis energética, la escasez de alimentos, la violencia y motines carcelarios, solo el 23% de los venezolanos quería su relección y su popularidad rondaba el 50 %. La oposición creía que su descenso era “irreversible”. Pero a medida que sus funciones vitales se agravaban, el respaldo y la solidaridad hacia el presidente aumentaban. Ahora cerca del 60 % de los venezolanos aprueba su gestión y 46,1 % de los votantes lo elegiría en las elecciones el próximo 7 de octubre, según la última encuesta de Datanálisis. Su resurrección en los sondeos viene acompañada de una nueva imagen. El Chávez de esta campaña es “puro amor”. Su lema es “corazón de mi patria”, predica que “amor con amor se paga”, que “sí queremos a la oposición” y ratifica en su cuenta de Twitter “Necesito tu abrazo!! Yo te digo a ti mujer, Patria, Venezuela. Necesito tu abrazo!”. Detrás de ese Chávez cariñoso está João Santana, un veterano brasileño del marketing político, que acompañó a Luiz Inácio Lula da Silva en sus dos campañas presidenciales, a Dilma Rousseff y a varios políticos latinoamericanos. “Santana es experto en ablandar perfiles radicales. El mensaje en el trasfondo no es de amor, sino de advertencia. Chávez se presenta ya no solo como el líder de los venezolanos, sino que es sinónimo de patria, como afirma “Chávez ya no soy yo, Chávez es un pueblo”. Si no está, la patria muere. En ese sentido, quien no ama al presidente no solo es un venezolano ingrato, sino un traidor. Después de 13 años de gobierno, a pesar de contar con recursos petroleros y una sólida posición internacional y, aunque sigue siendo popular por sus programas sociales, Chávez enfrenta una difícil situación económica y altísimos índices de desempleo e inseguridad. Además, la oposición venezolana nunca ha estado tan unida y los sondeos de opinión muestran que Henrique Capriles le sigue descontando puntos. El encanto de los medios Chávez realmente conquistó el corazón de millones de venezolanos, no solamente con subsidios, sino con su arrolladora personalidad. Chávez toca y se deja tocar, canta, baila y tiene una anécdota para todo. Como buen seductor, es un maestro de la labia y esa es una de sus virtudes, sobre todo ahora que su salud le impide hacer una campaña a pie. Recorre el país en una carroza, sostenido a una baranda, como sumo pontífice del socialismo en su ‘chavezmóvil’. “Hay un uso fuerte de los medios para compensar las deficiencias que produce su enfermedad”, dice el politólogo venezolano José Vicente Carrasquero. Micrófonos no le faltan a Chávez. El sistema de medios públicos incluye seis canales de televisión, seis de radio, una agencia de noticias y tres periódicos. Como si eso no fuera suficiente, Chávez abusa de las ‘cadenas’. Cuando el Palacio de Miraflores decide que hay un mensaje esencial para la nación, todos los medios están obligados a transmitirlo. El Estado soy yo “Chávez entiende que campaña, partido, gobierno, y Estado son una sola cosa”, le dijo Alberto Barrera, autor de Hugo Chávez sin uniforme. Uno de los programas donde se ha visto la confusión entre recursos del Estado y recursos de campaña es en la Misión Gran Vivienda Venezuela. La que era una de las promesas incumplidas del chavismo, ahora se rencauchó para las elecciones, y las casas y apartamentos que no construyeron en 12 años empezaron a surgir como hongos. Todos los jueves, por Venezolana de Televisión, se ve a funcionarios entregar hogares nuevos por todo el país a nombre de Chávez. En algunas obras cuelgan los afiches electorales.
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June 2017
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