![]() El 28 de diciembre de 2011, Joey Barton manifestó por Twitter tras el nacimiento de su hijo Cassius Joseph: “¡Guau, qué bendición! En cuanto lo he visto, he sabido que lo amaría toda la vida. Nada más importa. Ni mucho menos el hecho de dar patadas a un balón ni todas esas tonterías a las que damos tantas vueltas en la cabeza. Tales declaraciones son un buen ejemplo de lo que suele sentir un futbolista tras la llegada al mundo de su heredero. Por: FIFA Al igual que el centrocampista del Olympique de Marsella, hoy son muchos los que utilizan la red para divulgar la buena nueva. En el FC Barcelona, a lo largo de los 12 últimos meses, no menos de seis jugadores —Gérard Piqué, Pedro, Pinto, Víctor Valdés, David Villa y Cesc Fàbregas— han tuiteado su felicidad en el marco de lo que ya se conoce como el baby boom catalán. Otros han aprovechado otro tipo de agitación de redes para publicar la noticia. Verbigracia, Lionel Messi. Goles para chuparse los dedos En efecto, el cuádruple ganador del Balón de Oro de la FIFA nos lo ha contado todo a través de las celebraciones de sus goles: durante el clasificatorio para la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™ entre Argentina y Ecuador en junio de 2012, Leo se metió el balón bajo la camiseta para anunciar el embarazo de su pareja; y en el encuentro de la Liga de Campeones de la UEFA FC Barcelona-Celtic de Glasgow, entablado en noviembre, se metió el pulgar en la boca para indicar la natividad de su pequeño Thiago. Incluso, el astro argentino se ha tatuado en el gemelo de su pierna izquierda el nombre de su hijo y las marcas de sus manos al agarrarse a su pierna. Muchos otros antes que él han recurrido a chuparse el dedo para expresar ese inefable regocijo. Entre ellos el brasileño Fred, el argentino Carlos Tévez y el francés Bafétimbi Gomis. La afición del club islandés FC Stjarnan, famoso por sus insólitas celebraciones, incluso presenció la mímica de un parto en pleno césped por parte de uno de sus jugadores. Pero de todas las alharacas natales de los goleadores, la más famosa es sin duda la de Bebeto durante el choque de cuartos de final de la Copa Mundial de la FIFA Estados Unidos 1994 entre Brasil y Países Bajos. Al anotar un gol, el brasileño se puso a mecer a un bebé imaginario. “Aquél fue un partido particular para Bebeto. Su mujer acababa de dar a luz. Su forma de festejar el gol fue muy entrañable. Fue improvisada: cuando marcó, empezó a imitar el acunamiento del bebé en los brazos. Desde entonces, aquel niño se ha hecho mayor. Gran esperanza del fútbol brasileño, Matheus de Oliveira, actual volante ofensivo del Flamengo, incluso ha jugado al lado de su padre durante un amistoso organizado por éste y por Ronaldo el pasado 27 de abril con ocasión de la reapertura del Maracaná. El delantero español Jonathan Soriano es otro protagonista destacado de nuestra crónica, más que por su manera de festejar sus aciertos, por el modo en que el aumento de su progenie le afina la puntería. A primeras horas de la tarde del pasado 20 de abril, el delantero del Salzburgo se encontraba a la vera de su mujer en el hospital para asistir al alumbramiento de su tercer hijo, una niña a la que puso por nombre Abril. Concluida felizmente la tarea, el ariete se dirigió al Red Bull Arena, el estadio de su club, para tomar parte en el encuentro contra el Wolfsberg. Soriano saltó al campo al inicio de la segunda mitad con el marcador en 2-2 e, inspirado por el nuevo fichaje de su familia, firmó sus 23º, 24º y 25º goles de la temporada en la victoria final por 6-2 de los salzburgueses. Niños de la bola La eficacia nunca fue un problema para Ole Gunnar Solskjaer. Más bien al contrario: su destreza y su temple le valieron al noruego, autor de 272 goles en 517 partidos a lo largo de su carrera, el sobrenombre de Baby face killer (“El asesino con cara de bebé”) a su paso por el Manchester United. Por otro lado, numerosos jugadores han bautizado a sus hijos, consciente o inconscientemente, con los nombres de otros futbolistas. Antonio Cassano , por ejemplo, ha llamado a su vástago Lionel, mientras que Ivica Olic ha denominado a sus angelitos Luca y Toni (Antonio). Sin embargo, los nombres de pila más extravagantes suelen prodigarse sobre todo entre los seguidores. Un fan del Burnley ha optado por los 14 nombres de los jugadores de su equipo preferido para bautizar a su hijo Jensen Jay Alexander Bikey Carlisle, etc. Antes de él, en los años 60, un hincha del Liverpool fue más lejos: además de los apelativos de los jugadores incluyó los nombres de todos los miembros del cuerpo técnico y de los directivos.
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AuthorPor: FIFA Archives
April 2015
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